martes, 27 de abril de 2010

PROYECTO ESTATUTOS PEÑA TAURINA EL TORO Y EL MADROÑO

Articulo 1º.- DE LAS CAUSALIDADES: La Semilla.
Siete en punto de la tarde, clarines y timbales suenan en el Coso de los Destinos, el ambiente es el de las grandes tardes tibias de expectación. Por fin, desde la umbría del toril, asoma su planta “Afición”, procedente de la ganadería de La Vida que pasta en las dehesas de La Casta, para intentar imponer su ley en el oro del albero. La presentación: Excelente, perfecta desde la punta de los pitones, nácar blanco acabado en astifinas puntas negras y brillantes, hasta el final del rabo, por donde descarga su bravura estirándolo y poniéndolo en paralelo a la línea del horizonte. “Afición” es de pelaje negro zaíno ningún otro color de pelo enturbia la uniformidad de su capa, su cuello es largo, ideal para embestir que dirían, y las hechuras simétricas, ni alto ni bajo, ni corto ni largo, sencillamente perfecto, como si en el momento de su concepción hubieran podido opinar y dibujar desde Cúchares hasta José Tomás.
El Maestro Pasión, desde la seguridad que le proporciona el olivo, no para de mordisquear la esclavina de su capote mientras, a cada instante que pasa, se va enamorando, más y más, del primer ejemplar del lote que le ha tocado en suerte. Despacio, casi sin querer, pero deseando, el Maestro Pasión sale del burladero para ir al encuentro de “Afición” que, hasta ese momento, marca su ley en todos y cada uno de los grados que conforman el ruedo…
Desde lejos se encuentran las dos miradas, el respeto y la admiración es mutua, los segundos previos a la primera arrancada se hacen lentos y eternos mientras el miedo seca la garganta de uno y la bravura enciende los ojos negros del otro. La arrancada es pronta, al primer golpe de voz, los pies de uno firmes, con plomo en los tobillos, y las manos del otro fuertes, rápidas y de zancada acompasada. Cinco metros separan la reunión, tres metros, dos metros, el capote empieza a coger su sitio, la pata está donde debe, palante, la barbilla hundida en el nudo del corbatín, sintiendo los latidos del corazón, latidos que ahora ya no lo son, son golpes de sangre contra las paredes de las arterias… un metro, el lance está esbozado por uno, apunto de dispararse, y humillado el cuello del otro, el hocico está empapado de arena y de ganas de embestir… La reunión es perfecta, se para el tiempo y brota la magia al enroscarse “Afición”, mientras ambos rezan a la Verónica, alrededor del cuerpo del Maestro Pasión…
Por fin el cartel está dibujado y permanecerá por siempre en el corazón de la Tauromaquia rezando: Afición y Pasión caminarán juntos hasta el final de nuestros días gracias al Destino.





Articulo 2º.- DE LOS EFECTOS: El Brote de El Toro y El Madroño.
Toda causa tiene, lo queramos o no, un efecto. Tomando por causas comunes la Afición y la Pasión que sentimos hacia el mundo del Toro Bravo aparece y nace, gracias al caprichoso Destino que ha querido juntar nuestros caminos, el efecto de estas causas, La peña: El Toro y El Madroño.
La explicación de su nombre es sencilla e intuitiva:
El Toro: Porque es la piedra angular de nuestra Pasión y nuestra Afición por la Tauromaquia.
El Madroño: Porque Madrid es el lugar donde el Destino ha decidido juntar nuestros caminos y, de esta manera, hemos sido capaces de poner en común nuestras Pasiones y nuestras Aficiones.